Localicé a Charles Trenet de casualidad. Y, como suele ocurrir, me encontré con la sorpresa de encontrar en la red un vídeo con la canción que me hizo abandonar el teclado y perder la mirada en no sé qué horizonte perdido, lejos, muy lejos ya.
«Que-reste-t-il de nos amours» («¿Qué queda de nuestros amores?»)… La pregunta se me figura larga, porque no espera respuesta. Deja, eso sí, un poso de melancolía, un nudo apenas perceptible en la garganta, una imagen teñida de gris.
Fugacidad de la vida y de las aspiraciones humanas: ¡qué cruel sabes ser a veces!
Ce soir le vent qui frappe à ma porte
Me parle des amours mortes Devant le feu qui s’ éteint Ce soir c’est une chanson d’ automne Dans la maison qui frissonne Et je pense aux jours lointains {Refrain:} Que reste-t-il de nos amours Que reste-t-il de ces beaux jours Une photo, vieille photo De ma jeunesse Que reste-t-il des billets doux Des mois d’ avril, des rendez-vous Un souvenir qui me poursuit Sans cesse Bonheur fané, cheveux au vent Baisers volés, rêves mouvants Que reste-t-il de tout cela Dites-le-moi Un petit village, un vieux clocher Un paysage si bien caché Et dans un nuage le cher visage De mon passé Les mots les mots tendres qu’on murmure Les caresses les plus pures Les serments au fond des bois Les fleurs qu’on retrouve dans un livre Dont le parfum vous enivre Se sont envolés pourquoi? |
Esta noche, el viento que golpea a mi puerta
me habla de amores muertos. Antes de que el fuego se extinga esta noche, suena una canción de otoño en la casa que se estremece, y pienso en los días lejanos. {Estribillo:} Qué queda de nuestros amores qué de aquellos días bellos, una foto, una vieja foto de mi juventud. Qué queda de las cartas de amor del mes de abril, de las citas, un recuerdo que me persigue constantemente. De la felicidad marchita, de los cabellos al viento, los besos robados y los sueños fugitivos, qué queda de todo eso, dímelo. Un pequeño pueblo, un campanario viejo, un paisaje tan escondido y, en una nube, el rostro querido de mi pasado. Las palabras, esas palabras tiernas que susurramos, las caricias más puras, los juramentos en el fondo del bosque, las flores que se encuentran dentro de un libro y cuyo perfume te embriaga ¿por qué han volado? |