¡Plaza de San Vicente, junto a los ya centenarios jardines Albia, allá en Bilbao: semejas bosques arcanos! Hasta tu centro, como a capricho del viento me he dejado traer, ávido de admirar y de indagar senderos.
He llegado hasta ti, y al descubrirla blanca, he suspendido mi paso. ¡Ensueño de mujer!, pareces doncella élfica bajo la fronda espesa.
¿Quién eres tú? ¿Por qué te me apareces única? En tu presencia, el tiempo se demora. Mis años son apenas instantes de tus días. Y eres blanca, blanca: blanca como la luz, como la blanca espuma en la que estalla el mar contra las rocas.
¿Quién eres tú, Mujer, que así me esperas?
En Madrid, con recuerdos de Bilbao